Perkins explica cómo cree que debería cambiar la educación y lo que la tecnología puede aportar en la innovación educativa
Fundación Telefónica (EducaRed)
Aprender a pensar.
El pensamiento es
básicamente invisible. En la mayoría de los casos el pensamiento
permanece bajo el capó, dentro del maravilloso motor de nuestra mente y
cerebro...
Existen muchas formas
de hacer el pensamiento visible. Una de las más sencillas es lograr que los
docentes utilicen el lenguaje del pensamiento (Tishman & Perkins, 1997).
Tanto el inglés como muchos otros idiomas tienen un rico vocabulario de
pensamiento. Piense en términos tales como hipótesis, razón, evidencia, posibilidad,
imaginación, perspectiva y demás, y cómo el uso rutinario de tales vocablos de
manera natural e intuitiva ayuda a los estudiantes a darse cuenta de los
matices de pensamiento que estos términos representan.
Los docentes que no esperan respuestas
inmediatas, que hacen visible sus propias dudas, que toman el tiempo para
pensar “qué tal si” o “qué tal si no” o “¿De qué otra manera podríamos hacer
esto?” o ¿Cuál sería la posición contraria de esta situación?” muestran respeto
por el proceso del pensamiento e implícitamente instan a los estudiantes a
estar atentos a los problemas y oportunidades y pensar sobre ellos.
Otra forma de hacer
el pensamiento visible es retomar las diferentes oportunidades de pensamiento
durante el aprendizaje de una asignatura. Las rutinas de pensamiento son
importantes durante este proceso. Las rutinas de pensamiento son patrones
sencillos de pensamiento que pueden ser utilizados una y otra vez, hasta
convertirse en parte del aprendizaje de la asignatura misma.
Una rutina de
pensamiento que hemos encontrado útil en muchas situaciones incluye dos
preguntas clave: “¿Qué está sucediendo en esta situación?” y “¿Qué observas que
te lleva a decir eso?” (Tishman, 2002).
Las investigaciones nos han mostrado que los buenos docentes establecen una cultura del pensamiento desde los primeros días de clase (Richhart, 2002). Por ejemplo, es posible que los docentes hablen con sus estudiantes acerca de valores actitudinales tales como curiosidad, indagación, juego de ideas, todas éstas disposiciones del pensamiento son muy importantes.
Una vez que se
comienza la campaña para hacer el pensamiento visible, las oportunidades
parecen ser ilimitadas. Pero ¿para qué todo esto? La mayor aspiración es lograr
construir una fuerte cultura de pensamiento en el aula. Después de todo, la
cultura es el más grande de los recursos para los maestros.
Extraído de Escuela de Graduados en Educación del a Universidad de Harvard
Traducido por: Patricia León y María Ximena Barrera.
Traducido por: Patricia León y María Ximena Barrera.
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